Empresa ecológicamente eficiente

10 sencillos pasos para tener una empresa ecológicamente eficiente

Que las empresas son las causantes de gran parte del deterioro ambiental del planeta es un hecho indiscutible. Partiendo de esta afirmación, parece complicado dar consejos sobre el modo en que una empresa puede convertirse en ecológicamente eficiente si su modelo de negocio no está asociado a una filosofía de respeto ambiental.

Nuestra recomendación general, sea cual sea el tipo de empresa, tu situación o sector de actividad, es que adoptes la filosofía eco-responsable como propia y la introduzcas en todos tus procesos de gestión. Pero no porque lo ecológico esté de moda, sino porque realmente constituye un factor de productividad que revertirá positivamente en tu cuenta de resultados, además de en tu reputación.

Por ello no hablaremos hoy de grandes inversiones en procesos de eficiencia ecológica, sino de cambiar algunos sencillos procedimientos e introducir nuevos hábitos en el día a día de tu empresa. Son los 10 pasos que puedes dar para tener una empresa ecológicamente eficiente.

 

1) Separa adecuadamente los residuos que generas

Existen residuos que la ley nos obliga a separar porque son tóxicos o peligrosos y que manejamos en el día a día, desde el tóner de la impresora, pasando por productos de limpieza, pilas y baterías, aceites industriales o productos sanitarios. Pero te pedimos que no te limites a cumplir la ley. Papel y cartón, envases, plásticos, vidrio, bombillas, ordenadores… habilita un espacio adecuado en tu empresa para depositar cada residuo y acostumbra a tus empleados a utilizarlo. La separación selectiva es una actitud que debemos adoptar como un hábito cotidiano.

 

2) Apuesta por la energía de bajo consumo

La energía eléctrica es posiblemente uno de los grandes despilfarros de las empresas sea cual sea su actividad. Una buena parte de este “gasto” puedes reducirlo considerablemente realizando una inversión inicial en luminarias y bombillas de bajo consumo (tipo led, por ejemplo) y aparatos electrónicos de alta eficiencia energética. Inversión que rentabilizarás en muy poco tiempo gracias al bajo consumo que notarás inmediatamente en tus facturas.

 

3) Aprovecha la luz natural todo lo posible

A veces una sencilla maniobra de reubicación de mesas o zonas de trabajo te pueden ayudar a sacar el máximo partido a la luz natural que entra por las ventanas. Otras veces habrá que cambiar un tabique o una mampara de yeso por una de cristal o metacrilato transparente que favorecen la entrada de luz natural. ¿Has pensado en las claraboyas o los tragaluces? Son ventanas situadas en el techo o en la parte alta de paredes que proporcionan luz natural a la estancia y apenas necesitan obras. Los tubos de luz, que permiten llevar luz solar directa a una habitación concreta, también son opciones fantásticas si la distribución de tu empresa lo permite.

 

4) No despilfarres la luz eléctrica

Siguiendo con la energía eléctrica no está de más agrupar en un único paso todos aquellos pequeños hábitos que debes tener presentes si quieres ahorrar el consumo. Evita dejar luces encendidas innecesarias para el trabajo o durante la noche, apaga los aparatos cuando termines la jornada de trabajo, programa los monitores para que se apaguen o se duerman cuando el trabajador haya salido a desayunar… ¡y recuerda que el standby también consume!

 

5) Controla la temperatura del espacio de trabajo

Dependerá mucho del lugar donde tengas situada la empresa, la superficie útil de la zona de trabajo y la disposición de las oficinas o despachos. Pero sea como fuere, un control general de la temperatura no sólo te ayudará a rentabilizar tu factura eléctrica y no derrochar energía, sino que ganarás en calidad de vida laboral e invertirás en salud para tus empleados. Infórmate sobre los sistemas pre-cooling en aire acondicionado o los sistemas basados en eficiencia de la onda de calor en caso de que requieras calefacción.

 

6) No utilices más papel del necesario

Aunque resulta inevitable utilizar papel en una empresa, hoy en día la inmensa mayoría de las gestiones pueden realizarse electrónicamente, archivarse en soporte digital o enviarse de forma telemática si necesidad de imprimir en papel. La tecnología es tu amiga. No imprimas más de lo necesario. Y siempre que sea posible reutiliza papeles y agendas por la cara no escrita, para tomar notas o escribir apuntes de orden interno.

 

7) No malgastes el agua

Además de costoso, el agua es un bien escaso, tenlo muy en cuenta. Utiliza dispositivos de ahorro (tipo aireador) en todos los grifos, lavabos y fregaderos, así como cisternas con sistema de doble descarga. Y si en tu hotel o empresa quieres disfrutar de espacios verdes, infórmate sobre el tipo de plantas que requiere menor cantidad de agua y apuesta por sistemas de riego inteligente y eficiente.

 

8) Reducir, reducir, reducir

Una pata importante de la filosofía ambiental consiste en reducir el nivel de generación de residuos. Las empresas son las grandes consumidoras (muchas veces involuntarias) de plástico: botellas de agua, vasos reutilizables, bolsas, etc. Cambia las botellas de agua individuales por surtidores comunes en el pasillo, motiva a tus empleados a utilizar su propio vaso de cristal, destierra la bolsa de plástico y apuesta por bolsas de papel o, mejor aún, por las bolsas reutilizables de tela.

 

9) Compra de manera responsable

Toda empresa se relaciona con proveedores, intermediarios y empresas de servicios auxiliares que nos ayudan a desarrollar nuestra actividad. ¿Y si las elegimos también por su nivel de responsabilidad ambiental? Si queremos ser eco-responsables, ¿por qué no ayudar a otros que también lo son? ¿Quién sabe? Puede que el día de mañana otros te elijan a ti por la misma razón.

 

10) Si puedes ahorrarte un desplazamiento ¿para qué hacerlo?

Aunque no siempre parezca evidente, el teletrabajo también es verde. A la hora de planificar visitas y rutas ten muy presente que todo desplazamiento tiene un coste, no sólo en tiempo y dinero, sino en consumo de dióxido de carbono que emitimos a la atmósfera. Una llamada de teléfono, una videoconferencia o un correo electrónico son medidas sencillas que también ayudan al medio ambiente.

 

No están todos los que son, pero son todos los que están. Si somos capaces de aplicar unas medidas tan sencillas en nuestra filosofía de trabajo y en nuestro modelo de negocio, estaremos dando pasos de gigante en materia ambiental. Y ¿quién sabe? A lo mejor le coges el gusto y quieres seguir dando pasos ecorresponsables. Pregúntanos cuáles.

 

Imagen: Fotolia

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