16 Sep Si tienes una pyme necesitas una web
El eterno debate sobre si una pyme debe disponer de página web para competir en un mercado parece tener los días contados.
El informe del Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información (ONTSI) sobre el nivel de implantación de las TIC en las pymes españolas, con datos del año 2014, ofrece un dato clarificador: apenas un 29% de las microempresas (menos de 10 empleados) dispone de web corporativa, frente al 75% de las pymes y grandes empresas.
Pero más interesante aún es la lectura de las causas por las que tantas empresas de nuestro país aún no tienen página web para sus negocios, entre las que encontramos tres razones fundamentales:
– el coste de mantenimiento y posicionamiento en buscadores;
– la dificultad de mantenerla continuamente actualizada;
– y lo que es más grave, el empresario no siente que la web corporativa sea una herramienta útil para su negocio.
Podemos entender que para una empresa tradicionalmente ‘analógica’ resulte difícil de visualizar que el coste del diseño y mantenimiento de una página web es en realidad una inversión generalmente rentable para un negocio. Pero nos cuesta aceptar el hecho de que a estas alturas del siglo XXI los empresarios aún duden de la utilidad de una web corporativa.
A ti, empresario escéptico, van dirigidas estas preguntas: ¿qué haces cuando llega un nuevo proveedor a presentarte su oferta? ¿cómo buscas clientes en nuevos mercados que no conoces? Utilizas Internet. Estamos seguros de ello. Todos navegamos en los buscadores a diario para saber más sobre empresas, marcas, productos o servicios. ¿Qué te hace pensar que no harán lo mismo contigo?
Entiende, amigo empresario escéptico, que no todas las webs son iguales, puedes escoger entre diferentes opciones para que tu pyme tenga presencia en Internet:
- Web básica: a modo de escaparate. Si alguien te busca en google te encontrará, confirmará que existes, conocerá tu marca, sabrá quién eres y, sobre todo (lo más importante) sabrá cómo contactar contigo. Sencilla, económica, sin pretensiones pero efectiva. Cumple su función de identificación.
- Web corporativa: algo más avanzada. Muestra información detallada sobre tus productos y servicios, tu portafolio, detalles técnicos, catálogos, promociones… Son más completas y permiten que el usuario avance considerablemente en su toma de decisión de compra.
- Web con comercio electrónico: estos sitios web trascienden de lo informativo y se convierten en un canal más de ventas para tu negocio. Permiten al usuario reservar, encargar o finalizar el proceso de compra (depende del tipo de producto o servicio del que se trate en cada caso) y su gestión es mucho más compleja y costosa.
Amigo empresario escéptico: a estas alturas de la carrera, tener una web corporativa no es una opción, es una decisión que ya estás tardando en tomar. Únicamente debes plantearte qué tipo de web es la tuya, desde la más sencilla hasta la más compleja. Decisión que dependerá esencialmente de tu actividad comercial, de tu público objetivo, del nivel de inversión y de tu filosofía de negocio. Aquí van algunos consejos:
- Busca asesoramiento externo: existen empresas especializadas o profesionales que pueden ayudarte a tomar la decisión más adecuada.
- Valora cuánto puedes invertir: estudia tu presupuesto y piensa que una web es una herramienta viva, que puedes ir modificando con el paso del tiempo. Así que puedes comenzar por una versión básica y luego ir incorporando funcionalidades a medida que vayas viendo resultados que sin duda te irán convenciendo.
- Piensa en la web como en una extensión de tu negocio: todo lo que presentes en ella debe reflejar tu posicionamiento como marca, tu filosofía de negocio, los principios corporativos que defiendes también en el mundo offline, en tu negocio físico.
- Ponte en el lugar de tus clientes: recuerda que la web es para ellos. Ponte en su papel e imagina qué querrían tus clientes (reales o potenciales) ver o saber de ti cuando navegan por ella. Debes seducirlos, hacerlos sentir cómodos, como lo harías cuando cruzan la puerta de tu establecimiento.
- Mantenla actualizada: por muy básica que sea finalmente tu página web, no olvides que necesita un cierto mantenimiento, desde cambiar el horario de verano, hasta incorporar los nuevos productos que ofreces o eliminar aquellos que ya has eliminado de tu portafolio, hasta una actualización de los números de teléfono de la empresa. Evidentemente, cuanto más compleja sea, mayor nivel de mantenimiento y actualización requerirá.
No diremos mucho más para no agobiarte. Empieza por estos sencillos pasos y verás cómo una página web puede llegar a convertirse en el mejor amigo de tu empresa.
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Imagen: Fotolia
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